Traducción de «Don’t Fake It!» de cynical_terror. Parte de la serie «Don’t» que tenemos completa «Aquí«

«No lo finjas»

Tom no creyó que pudiera mostrar la cara la mañana siguiente en el desayuno, y no era por la resaca que amenazaba con expulsar hasta los confines de su estómago con cada paso que daba por el pasillo del hotel. No, era algo mucho más nauseabundo y Tom juraba que tenía que ver con el rubor escarlata que cubría su rostro y que sería visible ante todo aquél que mirara su rostro.

Todo mundo lo sabría y su vida se terminaría.

– Soy muy joven para morir – gimió, arrastrando los pies por el largo comedor hasta sus compañeros. Quería quedarse encerrado en su habitación con la cabeza bajo una almohada, pero nada curaría mejor una resaca que un tazón de cereal, y su resaca le ganó a su vergüenza este encuentro.

– Vaya, te ves fatal – dijo Gustav, mirando sobre su plato de panqueques y salchichas. – No creí que hubieras bebido tanto en el club.

– Estoy seguro que la pequeña fiesta posterior con el minibar fue la verdadera culpable – dijo Georg, sonrisa incluida.

Bill, quien estaba medio dormido en su propio tazón de cereal, alzó la mirada hacia Tom y resopló. – ¿La chica de anoche arrasó contigo o qué?

– Yo la hubiera dejado arrasar conmigo, estaba muy buena – dijo Georg.

Tom se sentó y golpeó su rostro contra la mesa.

– Uh oh – dijo Georg. – ¿Salió con que tenía una polla o algo?

– Y si así fue, ¿por qué no sólo me la mandaste? – preguntó Bill, lanzándole trocitos de cereal.

Todos en la mesa lloriquearon.

– No quiero hablar de ello – dijo Tom. – Sólo déjenme morir aquí.

– No puede ser tan malo – dijo Gustav. – ¿Te contagió de ladillas o algo así?

Tom golpeó la mesa con su rostro otra vez.

– Chicos, creo que puedo manejar esto – dijo Bill con delicadeza, acariciando entre las rastas de Tom. – Ya saben, el toque gemelo y eso.

– Pero aún no he terminado de comer – dijo Gustav. – Y estoy seguro de que Georg aún no ha terminado de mirar a la viejita del buffet.

Todos los ojos se dirigieron al enorme buffet de la entrada donde una mujer mayor estaba picando unos huevos revueltos. Georg golpeó a Gustav en el brazo y los dos comenzaron a pelear hasta que Bill sacó sus recientemente adquiridas y afiladas garras y los corrió.

Una vez a solas, Bill retrajo sus garras y continuó con sus gentiles caricias. – Dímelo todo – dijo, acercándose a su hermano.

– Es vergonzoso – dijo Tom. Se sentó correctamente y frotó su rostro.

– No pude ser tan malo – lo tranquilizó Bill.

– Mi vida entera es fingida, Bill – dijo Tom. – Todo es una mentira y la chica de anoche lo ha probado.

Bill sonrió y se aproximó más a su hermano. – Si no te gustan las chicas, no seré quien te juzgue y yo– 

Tom apartó las manos de Bill. – ¡¿Qué?! ¡Por supuesto que me gustan las chicas! – bramó. La pequeña vieja mujer en el buffet lo volteó a ver y rodó los ojos, metiendo donas en su vieja cartera andrajosa.

– ¿Entonces qué es? – preguntó Bill.

– ¿Prometes no decir ni una palabra de esto a nadie? – preguntó Tom. – ¿Especialmente no a Georg?

Bill asintió, tomando la mano de su hermano. – Lo prometo. Ahora sácalo, Tomi. Estoy aquí para ti.

Tom tomó un profundo respiro y apretó el agarre con Bill. Estaba a punto de expulsar la bomba y quizá el mundo entero estaría en ruinas después. – Bill… Yo… Yo soy… Maloenlacama.

Bill inclinó la cabeza hacia un lado. – ¿Qué?

– Me escuchaste.

– No, de hecho no.

– Dije… – Tom bajó la voz con una mueca. – Soy malo en la cama.

Bill dejó ir la mano de Tom y bufó. – ¿Esa es tu gran revelación? ¿Es por eso que me tienes todo preocupado e irritado? ¿Sabes lo que ese tipo de emociones le hacen a tu rostro? ¡Tendré líneas de estrés ahora sólo porque no puedes levantarla! – se puso de pie, preparado para salir enfadado cuando Tom tomó su mano de nuevo y lo forzó a sentarse.

– Puedo levantarla – dijo Tom. – Pero eso… Eso no es todo. Anoche, después de una de las mejores experiencias sexuales de mi vida, la chica me dijo…

– Dime – dijo Bill, menos paciente ahora.

– Fingió.

– ¿Qué? ¿Su identidad? ¿Te follaste a alguna preadolescente otra vez?

Tom rodó los ojos. – No he follado con una preadolescente desde que yo era un preadolescente. Dios, Bill, ¿tengo que deletrearlo para ti? Ella fingió un orgasmo.

Bill no parecía tan aturdido como Tom había anticipado que estaría. Había pensado que seguramente la confesión traería vergüenza al apellido Kaulitz por siglos.

– ¿Y? – preguntó Bill. – Un orgasmo fingido no te hace malo en la cama. Además, a veces es difícil para el pasivo terminar.

– No es como si ella pudiera ser activa, Bill, esta no es uno de tus pequeños coqueteos gays – Tom espetó de vuelta.

Bill sólo cruzó los brazos a la defensiva. – En serio, a quién le importa si una zorra barata fingió.

– No es eso – dijo Tom, mirada alicaída. – Yo no tenía idea de que estaba fingiendo hasta que me lo dijo. Yo pensé que estaba agitando su mundo. Ella estaba haciendo todos los sonidos correctos, diciendo lo bueno que era, moviendo sus jodidas caderas en las más impresionantes– 

– Corta el cuadro, hermano, No quiero perder mi desayuno sobre tus pequeños coqueteos heteros.

– ¡Dijo que ni siquiera estuve cerca de satisfacerla! – bramó Tom. La pequeña mujer mayor del buffet dejó caer sus pegajosos bollos al suelo. – Dijo que la follé como un tío virgen y que no había manera de que yo haya podido satisfacer a una mujer antes. Que todas debieron haber fingido. Todas. Cada chica que he follado. ¡Todo era mentira!

– Tom, tú no sabes eso.

– Pero tampoco sé si es mentira – dijo Tom. – Cada chica que he follado ha actuado como si hubiera inflado su mente, agitado su mundo, como si les hubiera dado lo mejor de su vida, pero todas ellas podrían haberlo fingido.

– ¿Y por qué lo harían? – preguntó Bill. – Yo nunca he fingido, no importa con quién esté.

– Sería un poco más difícil para ti fingir – espetó Tom. – Además, soy su ídolo, Bill. Por supuesto que fingirían conmigo. Quizá no quería que yo supiera… ¡Joder! No puedo satisfacer a una mujer.

Bill estudió a su hermano; su pálido, tirante rostro, sus hombros caídos, su arrogancia apagada, sus ojos cansados. – Así que, si estás en lo correcto…

– Mi vida ha terminado – dijo Tom. – ¡Vivo por los coños, Bill!

La vieja mujer del buffet se quedó sin aliento, su dentadura cayendo dentro de una charola.

– Quizá debamos tener esta conversación en algún lugar más privado – dijo Bill y Tom sólo pudo estar de acuerdo. No quería que sus deficiencias se esparcieran por todo el buffet en un hotel de cinco estrellas.

– Vamos a la escena del crimen – dijo Bill. – Tu habitación.

**

– Tu vida no ha terminado – dijo Bill después de entrar a la habitación de Tom. Ambos se sentaron en el pequeño sofá de la entrada, en lugar de aventurarse dentro del dormitorio.

– Entre más pienso en ello, sí – dijo Tom. – Ellas siempre actuaron como si fuera tan bueno, como si mi polla fuera su dios o algo. Quiero decir, nadie se viene tan fuerte como para desmayarse, ¿cierto?

– ¿Se han desmayado chicas estando contigo? – preguntó Bill, sus ojos completamente abiertos.

– Todo es como un golpe en la cara – dijo Tom. – Nunca tendré sexo de nuevo.

Bill comenzaba a sentirlo por su hermano. Demonios, siempre supo que sus salvajes clamores de poder sexual y aguante eran un poco exagerados, pero nunca tuvo idea de que su hermano era un caso tan pobre. Bill había estado albergando uno que otro secreto y fantasías tabú acerca de su hermano desde que tenía trece años, y a pesar de que nunca serían cumplidas al menos le dejaban excelente material para hacerse una paja.

¿Ahora en qué pensaría Bill mientras se masturbaba si no era su hermano moliéndolo hasta que Bill gritara como una colegiala y se viniera sobre toda la cama de Gustav? Bill sonrió ante el pensamiento. Nunca supo por qué, pero en sus fantasías siempre eran en la cama de Gustav cuando su hermano lo violaba. Quizá albergaba fantasías secretas de Gustav también.

Bill se atragantó un poco y miró a Tom. – No seas tan precipitado, Tomi. ¿No podrías continuar como si nunca hubieras escuchado esta pequeña joya de información? ¿Seguir vagando y follando? Quiero decir, las probabilidades son, las chicas no dejarán de fingir, así que sólo puedes pretender–

– ¡De ninguna manera! Tengo integridad, Bill, integridad. Quiero honestas folladas o nada – dijo Tom, su mandíbula en alto.

– Pero follar es tu pasatiempo favorito – dijo Bill.

– Quizá pueda probar tejer con gancho, como Gustav.

Bill se atragantó otra vez. – No – dijo firmemente. – No puedes hacerme, erm… Hacerles esto. Necesitamos que vuelvas a ensillar, o por primera vez, ¡como sea! Necesitas aprender cómo follar, Tomi, y yo soy la persona perfecta para ayudarte.

Tom rió de buena gana ante eso. – ¡Nunca has follado a una chica!

Bill reprimió las ganas de sacarle los ojos. – Sea como fuere, yo he sido follado, numerosas veces, en cada forma imaginable. He sido doblado sobre mesas, barras, sillas, camas, capó de autos, rodillas, tu cama en una ocasión, en el equipo de grabación de Bushido–

Tom se puso pálido. – ¡Bill!

– Siento haberlo hecho en tu cama, sólo que–

– ¡A quién diablos le importa eso! ¿Dejaste que Bushido te follara? ¿En su estudio de grabación? – Tom preguntó, boquiabierto.

– No, dejé que Kay-1 me follara en el estudio de grabación de Bushido – aclaró Bill. – Dejé que Bushido me follara en el capó de su auto.

Tom se aferró a su pecho como si estuviera a punto de tener un ataque al corazón.

– Como puedes ver, soy muy experimentado. Puedo darte algunos consejos. Quiero decir, tú me llamas una chica casi a diario.

– Puedes lucir jodidamente caliente– um, como una chica a veces, pero tienes tuberías totalmente diferentes – dijo Tom, no captando la idea de Bill.

– No necesariamente – dijo Bill. – La próstata y el punto G son muy similares. ¿Y no es una polla como un clítoris gigante?

– Bill, no sé si deba discutir esto contigo – dijo Tom, su cara roja. – Pero… Estoy realmente desesperado, así que…

Bill sonrió y se acercó aún más a su hermano. – Entonces, cuando estás ahí, ¿tratas de golpear su punto G?

Tom se encogió de hombros. – Sólo pensaba que mi polla era suficientemente grande como para golpear cualquier punto.

Bill hizo una mueca. – Tu polla no puede ser tan grande, Tomi.

– Bueno, creía que estaba haciendo algo bien cuando la chica que tenía mi polla dentro gritaba por más – puntualizó Tom. – Sólo seguía haciendo lo que hacía y pensé que estaba bien.

Bill no pudo evitar lamentarse por su hermano. Apretó su brazo suavemente. – Pobre, pobre Tomi. Las fans te han engañado demasiado. Ahora, cuando las follabas, ¿qué más hacías?

– ¿Qué quieres decir con qué más hacía? Sólo las follaba. Ya sabes, entrar y salir, entrar y salir – Tom parecía perdido.

– ¿Les dabas un buen apretón?

– ¿Dónde?

Bill se sentó y dejó salir un largo suspiro. – Bueno, yo no puedo venirme a menos que alguien apriete mi polla justo así. Asumo que las chicas son similares. Tienes que tocarlas, jugar con su clítoris un poco. Tom, deja de ruborizarte. Si has tenido sexo, debes ser capaz de hablar acerca de ello.

– Es que no me gusta la palabra clítoris – dijo Tom. – Es obscena.

Bill no tenía tiempo para la neurosis de Tom. – Escucha, la próxima vez que estés con una chica sólo haz lo que digo. Embístela justo en su punto G, sabrás cuando golpees el lugar adecuado, créeme. Quiero decir, yo aprieto y aúllo como gato en celo. La sinceridad no puede ser fingida. Y toca su clítoris, atácala desde ambos lados. La doble sensación siempre me hace gritar. Sólo agarra su polla como si la estuvieras machacando.

Tom le dio a Bill una mirada extrañada y Bill aclaró su garganta, la excitación creciendo en su vientre. – Como sea, sabes a lo que me refiero. Tómate tu tiempo y fóllala como un campeón.

– ¿Pero cómo sabré si de verdad se viene? – preguntó Tom, recargándose contra Bill. Sus mejillas estaban incluso más rojas y Bill juraba que podía ver un bulto formándose en los enormes pantalones de su hermano.

– Yo aprieto demasiado y no hay duda de que he terminado. Sentirás cómo aprieta rítmicamente alrededor de tu polla.

– ¿Rítmicamente? – Tom se lamió los labios.

– Sí, uh, es obvio – la mano de Tom se movió hacia el muslo de Bill. – ¿Tomi?

– ¿Así que, sólo debo ir y encontrar a una chica para practicar? – preguntó Tom. Bill asintió, retorciéndose conforme la mano de Tom subía más en su muslo. – Pero creo que sigo muy vulnerable ahora y no sabré de verdad si ella es honesta conmigo. Necesito a alguien en quien pueda confiar que no me mentirá.

– ¿Como quién?

– Alguien que no pueda mentir – dijo Tom.

– Todo mundo puede mentir – dijo Bill.

– Alguien que no pueda fingir – corrigió Tom.

– Alguien que no pueda… – Bill encontró la mirada de Tom sobre sus ojos y tragó. – ¿Cómo un… Un… Chico?

– Sí. Tu dijiste que la tubería no era tan diferente – dijo Tom. Su mano presionando más arriba, situándose sobre la sobre excitada polla de Bill y apretando. – ¿Sabes dónde puedo encontrar a un chico?

Años de lo que Bill asumió era tensión sexual unilateral se derrumbó entre ambos y antes de que Bill supiera lo que estaba pasando, sus bocas colisionaron juntas y se encontró a sí mismo sobre su espalda. Tom se presionaba sobre el desde arriba y lo besaba a una pulgada de su vida.

Quizá Tom era malo en la cama, pero con seguridad no era malo besando. Sabía exactamente qué hacer, dónde lamer, y cómo profundizar el beso sin descuidarlo. Bill no pudo evitar frotar su dureza contra la de Tom, gimiendo desesperadamente al hacerlo.

Bill una vez había leído que los hombres desarrollaban un único olor en sus glándulas sudoríparas para atraer mujeres ovulando y alejar relaciones con gente cercana. Esta era la manera en que su cuerpo luchaba contra el incesto, haciendo a ambos hermanos sudar ante el otro.

Bill mandó volar a los pájaros de la ciencia y hundió su rostro entre el cuello de su hermano y aspiró la deliciosa esencia del otro. Nunca había olido algo más embriagador y excitante. Tom no lo dejó tener mucho de su olor antes de estrellar sus labios contra los otros y comenzar a trabajar abriendo sus pantalones.

Tom era un experto removiendo ropa también, parecía. Bill estaba desnudo y retorciéndose en un segundo y perdido en el éxtasis mientras el cuerpo igualmente desnudo de su hermano se presionaba contra el suyo. ¿Cómo podía Tom ser tan bueno besando y en los preliminares, pero joderla en el evento principal?

Tom frotó sus pollas juntas una y otra vez hasta que Bill estaba goteando y a punto de explotar. Rodeó con sus piernas a Tom y embistió atrayendo a su hermano hacia abajo, lamentándose entre cada toque. La polla de Tom era larga, gruesa y estaba roja donde frotaba la de Bill, ligeramente un poco más pequeña. Sus bolas golpeteaban juntas y ambos gemían.

Tom besó a Bill con renovado fervor y embistió como si estuviera listo para follarlo. Bill era líquido bajo Tom, su vientre tensándose y sus bolas doliendo más y más mientras su hermano lo dominaba. Tom era definitivamente el hermano mayor en el departamento de pollas. Entre más excitado estaba Tom, más grande y dura su polla parecía.

– Oh, dios, ponla en mí – gimió Bill, arañando la espalda de su hermano.

– Eso es exactamente lo que todas dicen – dijo Tom, todavía embistiendo contra Bill.

– Pero yo no estoy mintiendo – dijo Bill.

Tom miró entre ellos y sonrió, sus ojos en la llena polla de Bill. – Puedo verlo.

Bill, si no hubiera estado tan metido dentro de su propia lujuria, pudo haber golpeado la cabeza del otro por el engreído comentario. En lugar de eso, buscó tras él por su bolso y sacó una pequeña botella de lubricante.

– Hasta aquí – le dijo a Tom, presionando la botella dentro de la mano de su hermano. – Ahora ponlo culo.

Tom gruñó y cubrió sus dedos con la resbaladiza sustancia, inmediatamente deslizándolos en el pliegue de Bill.- Aquí van – presionó el primer dedo dentro y Bill gimió tan alto que Tom tuvo que taparle la boca con la otra mano. Enfiló otro dedo dentro de su apretado hermanito y juró que Bill se retorció en su mano.

– Sólo fóllame ya – saltó Bill mientras Tom trabajaba con un tercer dedo dentro. – No me importa qué tan malo sea, sólo pon tu polla en mí.

Tom gimió ante las palabras, pero obedeció. Sacó sus dedos y lubricó su miembro, le dobló la espalda a Bill y respiró aire caliente en su rostro. – No estás siendo muy optimista.

– Tom, te lo juro, si no– 

Tom lo hizo. Se empujó dentro de Bill en un largo, fuerte movimiento y la espalda de Bill se curvó aún más y los dedos de sus pies también. Quería culpar a la suerte del principiante, pero la polla de Tom había golpeado su próstata con perfecta precisión. Ni siquiera Bushido pudo hacerlo y eso que pasó más tiempo en el culo de Bill que en su estudio.

– Oh dios mío – gimió Bill.

– ¿Tan mal? – preguntó Tom, deteniéndose. Sus brazos temblaban alrededor de Bill, su frente sudorosa. Bill le dio un paralizante apretón que lo forzó a moverse.

– ¡No te detengas!

Tom aceleró el ritmo, follando a Bill en el sofá tan bien que incluso Bill olvidó su nombre, su dirección, todas las canciones de su álbum Schrei. Tom estaba obviamente perdido en su propio placer, así que olvidó todas los consejos que Bill le había dado para follar a una chica. Tom no estaba apretando la polla de Bill o tan siquiera tratando de golpear su próstata. Bill podía decirlo por la manera en que Tom estaba tan perdido en lo que hacía.

Tom no pensaba acerca de la mejor forma de satisfacer a Bill, sólo lo hacía, y Bill iba a hacer un desastre sobre su propio estómago en unos cuantos segundos sin tan siquiera ser tocado. Que se pudriera lo que decían las chicas, Tom era una jodida máquina. No podías enseñar el tipo de amor que Tom estaba dando.

Bill se aferró a lo que pudo encontrar y lamió la piel que encontró. El sudor de Tom estaba cubriéndolo completamente y finalmente se desvaneció como su hermano había dicho orgullosamente. El mundo de Bill no sólo se agitó, sino que fue vuelto al revés y trató de recuperar el aliento en medio de gemidos y desesperados lamentos.

Tom golpeó su hogar una vez más y Bill se atoró en un sollozo y explotó en millones de partículas en el sofá. Su visión se puso negra y cuando se vino, Tom estaba saliendo y terminando en borbotones sobre todo el cuerpo de Bill.

Bill estaba empapado de sudor, semen, y satisfacción. Le sonrió a su hermano, quien parecía preocupado, y dijo. – La chica debía haber estado entumecida de ahí dentro para no haber sentido esto.

Tom le sonrió de regreso y se acurrucó a su lado. – ¿Crees que sólo fue una vez? ¿Fue de verdad bueno? Porque se veía muy bien, Bill.

– Creo que ella ni siquiera tenía un punto G o que mentía acerca de mentir – dijo Bill. – Ahora discúlpame, me voy a desmayar otra vez.

– Bill, no molestes – dijo Tom. Bill murmuró algo incoherente y se removió entre los brazos de Tom, roncando suavemente.

El pecho de Tom se llenó de orgullo y algo más ligero, más dulce y apartó el suave cabello de la frente de Bill. Así que, quizá era el dios del sexo que siempre pensó que era, después de todo. Podía volver a la horda de fans con la seguridad de que era el mejor que tendrían.

Como sea, mientras Bill babeaba su hombro, decidió que las chicas podían esperar todo el tiempo que Bill lo quisiera.

Porque Bill había sido lo mejor que había tenido, no había duda. Y si iba a ser honesto consigo mismo, Bill siempre lo había sido.

**

En algún lugar cerca de la barra del buffet, Gustav Schafer gritaba de horror al encontrar una dentadura postiza en su ensalada de macarrones.

F I N

Hey, tenía ganas de traducir algo corto, caliente y divertido. ¿Qué les pareció?

por Analif

Traductora del Fandom

2 comentario en “No lo finjas”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

error: Content is protected !!